LIBRO GENEALÓGICO

Historia del Mastín Español

 

Antecedentes y Evolución: Origen de la raza

 

Resulta evidente que tras décadas de estudios al respecto, la gran variabilidad existente en la especie canina, la mayor entre todos los mamíferos conocidos y entre los animales domésticos, no hace sino multiplicar las teorías acerca de la aparición del perro y sus diferentes razas actuales.

 

 

La mayoría de los estudiosos que se han ocupado del asunto, sostienen que todas las especies de perros proceden del lobo o de alguna especie desconocida y extinguida ya, con el consiguiente proceso de domesticación realizado por el hombre.

Los documentos que existen en la actualidad datan esta relación desde tiempos paleolíticos incluso, lo que hace que la historia de ambos se pueda decir que es paralela y complementaria. La bibliografía está llena de relatos y pruebas de la relación entre humanos y canes, situando las primeras pruebas fehacientes de la existencia de los cánidos en el período neolítico, habiendo diferentes teorías sobre su domesticación.

 

 

El hecho es que cuando el ser humano se percata de que existe un animal que merodea por sus alrededores que, en ocasiones, no mostraba signos de agresividad, comienza un proceso de acercamiento entre ambos que perdurará a lo largo de los tiempos. Es de suponer que este animal debía tener una serie de cualidades innatas que fueron aprovechadas por los humanos y que, las posteriores relaciones entre diferentes pueblos, produjo un intercambio de conocimientos y experiencias, relacionadas con la solución de problemas vinculados al trabajo de estos perros, comenzando en ese momento trasvases de líneas de sangre en busca del óptimo ejemplar para cada actividad.

 

De entre todos los canes, fueron aquéllos que mostraron aptitudes óptimas para la guarda, los que pusieron la base de lo que hoy conocemos como mastines. Las múltiples alusiones históricas que existen sobre los mastines, tanto en la península ibérica como fuera de ella, responden siempre, de forma inequívoca, a la necesidad de buscar un animal que realice una función muy determinada como es la de guarda y protección de los rebaños domésticos de los seres humanos. Esta función será la que determine, desde tiempos remotos, los rasgos externos típicos de nuestra raza.

 

La opinión tan difundida que establece al Mastín del Tíbet como antepasado común de los molosos actuales, que evolucionaron de forma diferente posteriormente, según las particulares migraciones de los pueblos, seguramente se acerca menos a la realidad que pensar en un origen anterior para todos los perros, con un antecedente común en el lobo y sus variedades, y que se fueron seleccionando en función de las diferentes necesidades del hombre.

 

 

Existen multitud de referencias sobre este tipo de perros a lo largo de nuestra geografía, siendo aceptado que cuando los romanos entraron en la península se hacían acompañar de grandes perros que protegían sus pertenencias, especialmente sus animales domésticos. Igualmente son varias también las citas de esta civilización a lo que denominaban “mastines de Iberia”, como Plinio el Viejo, en su libro IX de Naturalis Historia, o Virgilio en el Libro III de Georgicas, dedicado al cuidado y cría de los perros, donde los define como “los vigorosos mastines de iberia”.

Estas premisas nos hacen suponer que ya existían perros de tal morfología en nuestras tierras en época prerromana.

Si además, sumamos las referencias que encontramos del término “moloso” en Grecia, Asiria y Egipto, todo nos lleva a pensar en una distribución de grandes perros de guarda en diferentes lugares a la vez, con lo que un origen troncal común, con variaciones leves según posterior aclimatación al medio, puede resultar una teoría muy convincente.

En lo que si coinciden todas las teorías, es en relacionar siempre el origen de este tipo de perros con la aparición de ciertas sociedades avanzadas que comenzaron a practicar la ganadería.

Con relación a lo sucedido en nuestro territorio, debemos, además, tener en cuenta las particulares características de nuestro clima, paisaje y de nuestra fauna. El primero obligaba a viajes estacionales en busca de óptimos paisajes, en los cuales se pudieran alimentar adecuadamente los animales domésticos, que, mientras tanto, eran amenazados por nuestra fauna autóctona. La conjunción de tales premisas hace necesaria la búsqueda de un animal capaz de garantizar el éxito de este sistema de trabajo, y nadie mejor para ello que nuestro mastín español.

Aparece así el fenómeno de la trashumancia, de singular relevancia tanto para nuestro país como para nuestra raza. De hecho, la optimización máxima de este modelo trae como consecuencia el auge de España como potencia mundial gracias a la lana merina que, de ninguna manera podría haber tenido tal éxito sin el discreto y eficaz trabajo de los perros mastines.

 

 

La creación en el siglo XII del Honrado Concejo de la Mesta, organismo al servicio de la principal fuente de riqueza del país y que se encargaba de supervisar lo relacionado con las actividades ganaderas de la época, supone la especialización del sistema y, con relación a los mastines, la certificación de su importancia, pues reguló todo lo relacionado con los derechos de los animales y las obligaciones de sus propietarios. A finales del siglo XV la cabaña lanar ascendía a tres millones de cabezas, llegando a lograr su máximo esplendor en el siglo XVIII, momento en el que se registran hasta dieciocho millones de cabezas, de los cuales cinco trashumaban. Poco después, comienza un periodo de decadencia proveniente del pensamiento ilustrado que era opuesto a lo que consideraban un organismo mal gestionado en el que las grandes fortunas se disfrazaban de pastores bajo la protección del estado.

Obviamente, la suerte del mastín fue paralela a la de la oveja merina y con la guerra de la independencia, a comienzos del siglo XIX, la hegemonía lanera de España llegó a su fin, vendiéndose muchos rebaños al extranjero y con ellos, los mastines que les acompañaban que, sin duda, participarían activamente en el desarrollo de razas caninas europeas de perros de guarda.  

 

Historia moderna

 

En 1946 la F.C.I. aprobó un prototipo racial para nuestro mastín que tomó como referencia las medidas de tres ejemplares de la zona central de España. Este prototipo reflejaba un tipo de mastín más ligero que el actual, habitual en la ganadería estante y en caza mayor, de buena talla, patilargo y de un peso aproximado de 50 kilos.

 

                    

 

Estándar de 1946

 

Hipermétrico, mediolíneo y subconcavilíneo.

Grande, fiero, fornido, compacto, de gran simetría, pesado, demostrando fuerza y agilidad.

Cabeza grande, ancha y cuadrada. Cráneo extraordinariamente ancho.

Frente concavílínea órbitas poco marcadas, a veces desdibujadas. Stop definido, a veces marcado. Ojos color caramelo, fieros, pequeños, de mirada hosca y dura, con bolsa que deja ver la conjuntiva. Orejas pequeñas, dobladas en la punta, fuertes en la base. Cara de perfil subcóncavo. Hocico amplio, nariz negra, labios carnosos, grandes, inferior formando dos bolsas. Mandíbulas poderosas y fuertes, paladar negro con estrías marcadas. Cuello corto, grueso, ancho, potente muy abundante de piel despegada. Papada formando dos grandes bolsas, colgantes. Cruz destacada y ancha. Dorso recto ancho y bastante largo. Tronco ancho, profundo, alto, robusto, en forma casi cuadrada. Muy voluminoso. Vientre desarrollado y largo. Costillar profundo, arqueado. Ijar poco marcado. Pecho muy ancho, alto, profundo. Espalda musculosa, fuerte, recta, ancha, larga. Grupa bien colocada, ancha, medianamente larga. Rabo fuerte, ancho, de abundante pelo, llevado bajo en reposo, con ligera curva hacia arriba cuando se excita, pero nunca sobre la grupa. Brazo muy fuerte, ancho musculoso. Codo fuerte, algo bajo, poco musculoso. Antebrazo muy fuerte, ancho, potente, recto y largo. Encuentro poco pronunciado, ancho. Muñeca muy ancha. Caña muy ancha, corta y recta. Suela de pie muy grande, enormemente desarrollada.

 

Uñas negras, muy largas. Muslos, enormes de potencia y musculatura. Piernas anchas, fuertes, largas y paralelas. Corvejón ancho, fuerte y cuadrado. Caña larga y ancha. Tendón muy marcado. Aplomos correctos. Piel fuerte, dura y resistente. Pelo abundante, basto, de largo normal, de fondo amarillo, de punta gris o negra, espeso. Capa blanca y canela, a lunares. Leonado claro, leonado normal, alobado, blanco y negro, jaspeado.

 

Defectos: Hocico muy puntiagudo, nariz partida o no negra, mandíbulas mal encajonadas, dorso muy ensillado, patas torcidas y débiles, corvejones unidos, cola corta o llevada sobre el dorso, pelo largo o lanoso.

 

 

En 1981 se aprobó un nuevo prototipo, cuyo principal objetivo fue recuperar el mastín mucho más grande usado en la ganadería trashumante. Estas líneas habían casi llegado a la extinción debido al fuerte declive del número de lobos. Por otro lado, el tradicional movimiento de rebaños, la trashumancia, había quedado reducido a unos miles de ovejas trasladadas por tren desde las montañas del norte a los pastos del sur. Así que el gran mastín empezó a ser innecesario;

 

 

Estándar de 1981

 

En 1981 se fundó la Asociación Española del Perro Mastín Español (AEPME) como club oficial de la raza. No fue fácil alcanzar un acuerdo sobre el tipo de mastín a criar, aunque el prototipo aprobado era suficientemente explícito. Se mantuvieron criando y asistiendo a exposiciones los perros registrados según el antiguo prototipo racial, por lo que la falta de uniformidad en el tipo y unas estructuras con frecuencia defectuosas, eran muy habituales.

 

 

El Plan de Cría 1998-1999

Tras unos años sin apenas actividad asociativa, en 1998 una nueva Junta Directiva recupera el abandonado Campeonato AEPME, comienza una edición cuatrimestral del Carlanca, inicia una campaña extraordinaria de captación de socios, pone en marcha la página www.aepme.org y propone el Plan de Cría 1998, aprobado por unanimidad en Asamblea Extraordinaria, cuyo objetivo primordial es centrar y combinar los objetivos de mejora de la raza incorporando sobre todo conceptos de salud y rigor en la crianza.

 

PLAN DE CRÍA 1998/1999

 En Asamblea General Extraordinaria, celebrada el 12 de Octubre de 1998, se aprueba por unanimidad su contenido. Consta de cinco puntos que sucintamente, exponemos a continuación:

 

1º. Control de camadas y tatuaje de cachorros por parte de AEPME

Con objeto de dar una mayor veracidad y fiabilidad a los pedigríes de los ejemplares, se procede al tatuaje de cachorros (obligatorio por normativa de la RSCE para las razas españolas) por parte de los delegados de AEPME.

 

2º. Control de la displasia de cadera, estableciéndose una clasificación entre ejemplares APTOS (Grados displasia A, B, C y D) y ejemplares NO APTOS (grado displasia E); recomendándose la crianza con ejemplares APTOS. Para evitar las diferencias atribuibles a diagnósticos efectuados por distintos profesionales, sólo es admisible el realizado por nuestro Centro Evaluador Autorizado: La Facultad Veterinaria de la Universidad de León.

 

3º. Ejemplares selectos de Mastín Español

Será ejemplar selecto, aquél que reuniendo unas características morfológicas determinadas, así se estime por su cualidad de transmitir a sus descendientes los excelentes caracteres que han de poseer. Es pues, un título enfocado para las necesidades de cría, por encima de criterios exclusivos de belleza.

 

4º. Grupo de reproductores en las Monográficas de la raza, en donde como clase independiente, al margen de la normativa de las Exposiciones de belleza establecidas por FCI, se expondrán los progenitores con sus descendientes presentes en la exposición, al objeto de comprobar los resultados obtenidos en diversos cruces selectivos que se hayan emprendido.

 

5º. Objetivos inmediatos de cría

A través de reuniones periódicas de los Jueces Especialistas de nuestra raza, se establecerán los caracteres a mejorar en el Mastín Español, no abordándose otros hasta que los anteriores estén conseguidos y consolidados. En la actualidad, se ha establecido el objetivo de la mejor angulación del tren posterior y la fortaleza de la rodilla, indispensable en un moloso de corte moderno.

 

 

En lo referente a los dos primeros puntos, se acordó que no podrían obtener la máxima calificación en la Monográfica Nacional con CAC, los ejemplares que no hubieran sido tatuados por AEPME (cachorros) o que no presentasen el certificado de APTO en la radiografía de cadera. La AEPME, para fomentar la realización de radiografías de caderas, comenzó a subvencionar las pruebas de displasia a los socios que realizasen tal prueba en su centro veterinario habitual.

Desde la puesta en marcha de este Plan de Cría, la mejora ha sido notable, y creemos que ha sido la primera piedra para un futuro prometedor de nuestro perro, si sabemos aprender de errores cometidos y perseveramos en su salud y tipo como objetivos prioritarios.

Tal y como se mencionaba en sus orígenes, el Plan de Cría debía ser dinámico y así se ha ido matizando en las numerosas Asambleas Generales convocadas desde entonces. Por ello, en estos momentos, y tras su aprobación en Asamblea General, se ha decidido instaurar ciertas variaciones y modificaciones en sus puntos iniciales, con el objetivo de incidir más aún en la mejora evidente que se ha producido en la salud de nuestros mastines, sin olvidar nunca la esencia de nuestra raza, eso que podríamos llamar el tipo, la marca mastín español, ese algo que diferencia nítidamente a nuestra raza del resto. Debemos defender la necesidad de conseguir unas señas para la raza lo suficientemente particulares como para distinguir a primera vista a un mastín español, dotándola a la vez de una salud apropiada a una raza ancestral y legendaria.

Plan de cría 2012

La intención de la AEPME con la renovación de este protocolo, como con el resto de decisiones que toma, es la de aportar un plus de calidad a los ejemplares de nuestra asociación, una idea de la que todos podamos sentirnos orgullosos. Como se decía en el año 1998, “Ser socio de AEPME significa, en pocas palabras, integrarse en un proyecto colectivo de mejora y difusión del Mastín Español, una de las razas caninas más antiguas y emblemáticas del mundo y que tantos servicios ha prestado a nuestros antepasados.

 

 

Plan de Cría 2012

 

 

 

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