En lo alto del puerto del Pico, mirando hacia la Calzada Romana, aún se pueden ver los cientos de reses que, en una jornada del mes de junio, vuelven a casa. Es lo que queda de la trashumancia, una práctica milenaria hoy convertida casi en una anécdota pero que para muchos ganaderos de Gredos sigue siendo una forma de supervivencia.
Hacia esta zona de la provincia de Ávila están volviendo estos días los ganaderos trashumantes, ya que en la actualidad hay más de 450 titulares de explotaciones que realizan esta práctica, de la que también se aprovechan otros sectores como los transportistas, productores de piensos, veterinarios, arrendatarios de fincas… toda una forma económica que se perderá si no se sigue promoviendo.
Así lo ve el ganadero Diego Torres que, mientras da los últimos pasos que le devuelven a su casa tras quince días de camino, se muestra claro cuando dice que cada vez hay menos gente que realice la trashumancia y «si no hay ayuda de las administradores esto se perderá».
Entonces, ¿por qué hacerlo?, la respuesta para él es muy clara: por los beneficios económicos y por el bienestar animal. Esto no evita que sea un trabajo duro para el ganadero que al llegar diciembre lleva a sus animales a pastos más cálidos, como los de Extremadura o Castilla-La Mancha situados a 250 ó 300 kilómetros para después, con la entrada del verano, volver a sus propias tierras, a mayor altura.
En el caso de Diego Torres, que forma parte de una ganadería familiar con presencia en Navarredonda y Hoyos del Espino, han sido 15 días de camino andando desde Mérida con 400 cabezas de ganado. Este año han conseguido un buen resultado, puesto que llegan con todos los animales, pero esto no significa que no hayan que tenido que superar sus dificultades, sobre todo con los problemas sanitarios y el hecho de que «las administraciones no hacen caso de los cordeles, sobre todo en la provincia de Ávila donde hace falta que desbrocen», asegura.
Su reivindicación viene avalada por el cansancio de días de trabajo donde cada jornada comenzaba a las 6,30 horas y tras el desayuno se emprendía el camino hasta mediodía. La tarde, tras la siesta, era de nuevo camino hasta el anochecer.
No es Torres el único ganadero que realiza la trashumancia, puesto que durante estos días es habitual ver pasar el ganado por el puerto del Pico o el de Tornavacas. Pero aunque «son entre 25.000 ó 30.000· animales los que hacen la trashumancia, la mayoría la realizan en camiones» y «andando serán unos 2.500 ó 3.000», comenta.
Precisamente por la pérdida de ganaderos trashumantes se organizó hace once años la conocida como Jornada de la Trashumancia, gracias al esfuerzo conjunto de la Plataforma Trashumancia Viva, la Asociación Española de Raza Avileña-Negra Ibérica y el Consejo Regulador Carne de Ávila.
Los tres grupos unidos siguen fomentando el conocimiento de la trashumancia como una actividad que ayuda al mantenimiento de la población rural y de las vías pecuarias, otorgando beneficios desde los puntos de vista económico, sociocultural y medioambiental.
Por ello, cuando los ganaderos trashumantes vuelven a las tierras altas de Gredos se convierte el puerto del Pico en un punto de encuentro para que todo el que lo desee pueda ver cómo asciende a pie el ganado por la Calzada Romana. Muchos aprovechan para que sus hijos conozcan cómo se trabaja en el campo, otros quizá para hacer fotos, pero lo cierto es que se consigue promocionar esta práctica entorno a una serie de actividades como una degustación de Carne de Ávila, donde se celebra el encuentro entre pastores y ganaderos trashumantes, o con el concurso fotográfico ‘Semana de la Trashumancia’, donde se puede participar con imágenes que reflejen las actividades ligadas a esta actividad.
Así lo explica el secretario ejecutivo de la Asociación Española de Raza Avileña-Negra Ibérica, Pedro Herráiz, que resalta que esta es una jornada en la que se invita a ver la subida de las vacadas con el debido respeto a los animales y al paisaje. Para ello se elige siempre un día en el que los ganaderos suban hacia Gredos, como ocurrió este sábado con ganaderías de Navarredonda y Navadijos.
Además está previsto que el día 28 se repita la experiencia cuando a partir de las 9 horas comience a subir el ganado por la Calzada Romana hasta los descansaderos del Pico y de ahí de vuelta a Gredos donde permanecerán hasta el próximo invierno. Y si se consigue mantener la actividad, será algo que se podrá ver por muchos años.
