El embarazo psicológico (la pseudogestación)
Artículo escrito por Rosana Álvarez Bueno. Veterinaria especialista en Etología clínica y asesora en comportamiento canino y felino.
Servicio de Etología Clínica Veterinaria.
Artículo publicado por cortesía de mundoAnimalia.com
La pseudogestación es lo que coloquialmente y entre los neófitos se da por llamar “embarazo psicológico”. Sin embargo no es nada psicológico, sino que es una condición o estado fisiológico y, por lo tanto, normal en la perra.
Actualmente, y tras dieciséis mil años de domesticación, esta situación, patología, estado orgánico o como usted veterinario o propietario lo quiera llamar está tendiendo a aparecer cada vez menos, debido precisamente a que los perros ya no son salvajes. El vivir en hogares o criaderos les exige cada vez menos el tener que “buscarse la vida”, por ejemplo para tener que ayudar a otra hembras en la cría. Sin embargo sí que nos valemos de esta aptitud de una hembra cuando tenemos cachorros que han quedado huérfanos o una camada demasiado numerosa o con una madre no apta en cuanto a comportamiento maternal.
La pseudogestación se produce en hembras que no han quedado preñadas, pero en las que se produce una disminución de la actividad del cuerpo lúteo, con la consiguiente bajada de progesterona y aumento de la síntesis de prolactina.
En la Naturaleza es un proceso normal, y a veces incluso se utiliza en las manadas para ayudar en la cría de los cachorros de la hembra alfa.
Se produce, con mayor frecuencia, en perras de más de 2 años, que no han sido montadas ni preñadas y con un alto instinto de reproducción y/o maternal. En otros casos (los menos) aparece después de una monta fallida.
Realmente es una de las conductas anómalas de mejor pronóstico ya que prácticamente la podemos hacer desaparecer en muy pocas sesiones, no es necesaria casi nunca la ayuda farmacológica y además no precisa de una terapia especializada.
Más comúnmente llamada falsa preñez, se produce en hembras que no han quedado preñadas, pero en las que hay una disminución de la actividad del cuerpo lúteo con la consiguiente bajada de progesterona y aumento de la síntesis de prolactina. La perra tendrá los mismos síntomas de una gestación real. Ocurre a las 6-8 semanas de haber pasado el celo, aunque puede variar entre 3 y 14 semanas.
La agresividad maternal, tanto si hay cachorros reales como si no, se desencadena ante la visita o el acercamiento a la paridera de personas u otros animales. Esto nos impediría el manejo adecuado de los cachorros y las manipulaciones neonatales necesarias para una correcta socialización. La agresión también puede ser debida a entornos estresantes sobre todo en perras primíparas que no tienen experiencia o en hembras miedosas.
Hay que entender que los cachorros son un recurso muy valioso para la madre, representan la perpetuación de sus genes. Al esfuerzo invertido en el embarazo y parto, se une ahora al de los cuidados parentales. Esta agresividad disminuye cuando los cachorros se van haciendo independientes de su madre.
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